Ya sea que se trate de una pérdida auditiva inducida por ruido, de una pérdida auditiva progresiva por envejecimiento o de algún otro tipo de pérdida auditiva que se produzca con el tiempo, los síntomas son, en gran medida, los mismos. Si experimenta uno o más de estos síntomas de pérdida auditiva, es posible que haya llegado el momento de realizar una prueba de audición.
- Disminución del habla y de otros sonidos
- Dificultad para oír ciertas consonantes
- Pedir con frecuencia a otros que repitan, hablen más fuerte o más despacio
- Agotamiento o dolores de cabeza por el esfuerzo para oír
- Dificultad para entender las palabras, especialmente en entornos concurridos o con ruido de fondo
- Dificultad para oír a las mujeres, los niños o los sonidos agudos
- Tinnitus (zumbidos en los oídos)
Si varios de estos primeros signos y síntomas de pérdida auditiva le resultan familiares, es posible que tenga una pérdida auditiva. Está bien, no está solo. El primer paso que debe dar es que un proveedor de atención auditiva revise su audición. Ayudarán a determinar el grado de pérdida auditiva, si lo hay, y si los audífonos pueden ayudar.